Para tener éxito en la formación de los enseñantes, las facultades de educación no deberían alimentar ninguna ilusión sobre el estado de los conocimientos teóricos y, todavía menos, sobre su pertinencia de fundar una práctica profesional.
Es preciso fomentar de forma explícita la formación de los enseñantes hacia una práctica reflexiva, valorar los conocimientos de experiencia y de acción de los profesionales, desarrollar una intensa articulación teoría-práctica y una verdadera profesionalización.
Se examinarán 4 ilusiones que sería mejor abandonar si se desea desarrollar una formación a la vez universitaria y profesional: la ilusión cientificista, la ilusión disciplinaria, la ilusión objetivista y la ilusión metodológica.
Les presentaré estas 4 ilusiones en el siguiente diagrama:
Es preciso fomentar de forma explícita la formación de los enseñantes hacia una práctica reflexiva, valorar los conocimientos de experiencia y de acción de los profesionales, desarrollar una intensa articulación teoría-práctica y una verdadera profesionalización.
Se examinarán 4 ilusiones que sería mejor abandonar si se desea desarrollar una formación a la vez universitaria y profesional: la ilusión cientificista, la ilusión disciplinaria, la ilusión objetivista y la ilusión metodológica.
Les presentaré estas 4 ilusiones en el siguiente diagrama:
En el diagrama anterior sinteticé los coceptos más importantes de cada apartado, y ahora quiero escribir lo que entendí de cada uno y mis opiniones.
UNIVERSITARIZACIÓN Y PRÁCTICA REFLEXIVA
En el núcleo del oficio de enseñante, encontramos la capacidad de capitalizar la experiencia, de reflexionar sobre su practica para reestructurarla. Ahí se encuentra la importancia de la construcción voluntaria, en formación inicial, de un habitus profesional capaz de una autotransformación continua. Convertirse en un practicante reflexivo no se improvisa. Proporcionar una cultura teórica no es suficiente, si bien es una condición necesaria. Preparar a los futuros enseñantes para participar en la investigación o para asimilar sus resultados está bien, pero esta iniciación no crea inmediatamente los habitus y las competencias de regulación de la práctica mediante la reflexión sobre la acción y en la acción.
Formar a los practicantes reflexivos debe convertirse en un objetivo explícito y prioritario en un currículo de formación de los enseñantes. Lo importante es construir una trayectoria de varios años que permita la creación de las competencias profesionales esenciales. En este proyecto, los cursos de formación no tienen sentido, a menos que se enmarquen y se desarrollen en un modo reflexivo.
Formar a los practicantes reflexivos debe convertirse en un objetivo explícito y prioritario en un currículo de formación de los enseñantes. Lo importante es construir una trayectoria de varios años que permita la creación de las competencias profesionales esenciales. En este proyecto, los cursos de formación no tienen sentido, a menos que se enmarquen y se desarrollen en un modo reflexivo.