No todo el mundo comparte la voluntad de cambiar la escuela para adaptarla a los contextos sociales en transformación o para democratizar el acceso al saber.
¿Quiénes son los que desean absolutamente que el sistema educativo cumpla con sus promesas para todos?
Cuando la escuela se esfuerza es para brindar ventajas a la clase media (es aquí donde están los intelectuales que buscan justicia, equidad, cuenta con los recursos intelectuales), y a la clase baja no la toman mucho en cuenta (aunque se preocupe por la sociedad no puede hacer mucho porque no tienen los recurso para hacer oír su voz, ni recursos intelectuales ni materiales). La clase alta es la que domina, está tan cómoda en su estado, que no les pasa por la cabeza que la clase media y clase baja necesita mejorar su calidad de vida.
La evolución demográfica, económica, política y cultural obliga que la escuela cambie tardíamente y a la defensiva, y ese cambio social se presenta como imposición. Por ejemplo la imposición de la reforma educativa.
El estado sabe…
Sabe que no pueden formar a enseñantes con un nivel más alto y darles más responsabilidades sin pagarles mejor.
Teme que los enseñantes formados en la práctica reflexiva, con la implicación crítica y la cooperación, se conviertan en contestatarios (en contra del estado) en potencia.
Para los idealistas el progreso de la escuela es inseparable de una mayor profesionalización de los enseñantes.
Nos equivocaríamos si creyéramos que el desarrollo económico asegura la profesionalización. Por ejemplo: sistema educativo cubano. Prepara profesionistas excelentes. Es un contexto bastante pobre materialmente hablando, en instalaciones, y a pesar de ellos forman profesionales excelentes.
Uno de los inconvenientes de las sociedades desarrolladas es que están sobre-escolarizadas. La mayoría de los ciudadanos están por encima de la media, pero la capacidad del mercado es inferior para poder contratar a tanto licenciados que hay. Entonces hay demasiada gente muy bien preparada y alguien con una licenciatura puede ser mesero.
Competencia reflexivas
En la acción: permite deprenderse de la planificación y cargar la memoria de observaciones, preguntas y problemas.
A posteriori: analizar con tranquilidad los acontecimientos
Problemas recurrentes: la reflexión se desarrolla antes de la acción, prevee para los imprevistos.
La implicación crítica como responsabilidad ciudadana
Existe un debate sobre las finalidades de la escuela y de su papel en la sociedad.
El maestro
-No trabaja en red o equipo
Pero tiene que aprender a hacerlo. La lista de atribuciones de los enseñantes no les obliga a trabajar conjuntamente, sin embargo es importante fomentar la res representaciones de la cooperación.
-No participa en la vida y en el proyecto del centro
El practicante debe aprender a vivir el centro como una comunidad educativa
La autonomía de las instituciones no tiene sentido si el director asume en solitario responsabilidades y poder
Hay que preparar para negociar y conducir proyectos.
-Se mantiene apartado de las actividades sindicales y corporativas en el ámbito de la profesión
el profe debe aprender a sentirse miembro de una garante profesión
-Interviene poco en la vida política, social, cultural a nivel nacional, local y mundial
El profe tiene que aprender a dialogar con la sociedad
Se trata de que se impliquen como enseñantes, como profesionales que ponen su conocimiento especializado al servicio del debate sobre las políticas educativas.
La práctica reflexiva no es una metodología de la investigación.
DE LA CRÍTICA RADICAL A LA IMPLICACIÓN CRÍTICA
La universidad parecer a priori el entorno privilegiado para una mirada crítica sobre la sociedad, a favor de la autonomía y la exterritorialidad
LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Y LAS PRÁCTICAS
La formación profesional obliga a validar y profundiza en las teorías hasta que se conviertan en creíbles y utilizables.
Las ciencias de la educación deben trabajar conjuntamente comprometiéndose con las formaciones profesionales.
Sería indefendible pretender formar a los enseñantes sin proporcionar los medios.
Una formación de calidad sólo puede funcionar sobre la base del voluntariado de los enseñantes formadores de campo, de acuerdo a la concepción de la formación y de un compromiso colectivo a favor de la profesionalización.