¿Cómo tiene que ser la formación para una práctica reflexiva? ¿A través de la investigación como paradigma de reflexión metódica sobre lo real? ¿A través de un entrenamiento teórico para el análisis de situaciones complejas? Seguramente, lo que hace falta es una iniciación a la metodología de la investigación y, al mismo tiempo, un ejercicio intensivo del saber analizar. Con todo, no basta para el desarrollo de una actitud y de una identidad reflexivas.
Perrenoud sostiene y afirma que sólo se puede formar practicantes reflexivos a través de un procedimiento clínico global que afecte al conjunto del programa de formación. Lo mejor sería proponer seminarios de análisis de prácticas o grupos de discusión de problemas profesionales, pero la influencia será mínima en la medida en que se queden como "islas de práctica reflexiva".
La integración y la movilización de los saberes constituyen la columna vertebral de la formación profesional, más que un complemento posterior confiado al ámbito de las prácticas o al laboratorio.
En un procedimiento clínico, la práctica no es un simple ejercicio de aplicación de los conocimientos adquiridos, es a la vez un:
La integración y la movilización de los saberes constituyen la columna vertebral de la formación profesional, más que un complemento posterior confiado al ámbito de las prácticas o al laboratorio.
En un procedimiento clínico, la práctica no es un simple ejercicio de aplicación de los conocimientos adquiridos, es a la vez un:
Momento de construcción de saberes nuevos
La capacidad de un practicante de teorizar su propia práctica implica, en primer lugar, la de verse en funcionamiento y también en disfunción.
Las múltiples respuestas que puede dar un practicante reflexivo ante las situaciones que le incomodan o molestan, pueden incluirse en un sistema de regulación breve y específico, que modifica la conducta considerada en un sistema de regulación más largo y global, que afecta a la relación pedagógica, a la concepción didáctica y a la identidad.
Un procedimiento clínico desarrolla saberes previamente situados y contextualizados y luego conectados a las teorías académicas y a los saberes profesionales acumulados. A su vez, desarrolla en paralelo capacidades de aprendizaje, de autobservación, de autodiagnóstico y de autotransformación.
Un procedimiento clínico en la medida de lo posible, trabaja con casos reales. Exige también, sistemas sofisticados de formación en alternancia, es decir, periodos de trabajo de campo y periodos de reflexión a distancia del trabajo de campo.
Se tiene que trabajar sobre la relectura y análisis de situaciones a partir de señales tanto como sobre bases teóricas previas, adquiridas ya sea a través de recursos clásicos (cursos, lecturas) como a través del procedimiento clínico.
En el procedimiento clínico, los estudiantes construyen poco a poco los recursos teóricos y metodológicos que necesitan para resolver el problema del momento, los estudiantes desarrollan la teoría a partir de la acción, como una espiral, una primera construcción conceptual suministra un marco de interpretación de lo que sucede o ha sucedido, al mismo tiempo que la realidad enrique y diferencia el modelo.
Hoy en día, el sistema educativo tiene necesidad de enseñantes que sepan fabricar situaciones problemas pertinentes más que dar cursos y proponer ejercicios.
El análisis proporciona una forma de poner el dedo en la llaga de toda una serie de fenómenos e difentificar lo que el practicante podría cambiar en las dinámicas de aprendizaje y en los funcionamientos colectivos, al haber comprendido mejor por qué las cosas no van como él quiere que vayan y dejar claro lo que realmente quiere.
El procedimiento clínico insiste también en el trabajo sobre uno mismo.
La capacidad de un practicante de teorizar su propia práctica implica, en primer lugar, la de verse en funcionamiento y también en disfunción.
Las múltiples respuestas que puede dar un practicante reflexivo ante las situaciones que le incomodan o molestan, pueden incluirse en un sistema de regulación breve y específico, que modifica la conducta considerada en un sistema de regulación más largo y global, que afecta a la relación pedagógica, a la concepción didáctica y a la identidad.
Un procedimiento clínico desarrolla saberes previamente situados y contextualizados y luego conectados a las teorías académicas y a los saberes profesionales acumulados. A su vez, desarrolla en paralelo capacidades de aprendizaje, de autobservación, de autodiagnóstico y de autotransformación.
Un procedimiento clínico en la medida de lo posible, trabaja con casos reales. Exige también, sistemas sofisticados de formación en alternancia, es decir, periodos de trabajo de campo y periodos de reflexión a distancia del trabajo de campo.
Se tiene que trabajar sobre la relectura y análisis de situaciones a partir de señales tanto como sobre bases teóricas previas, adquiridas ya sea a través de recursos clásicos (cursos, lecturas) como a través del procedimiento clínico.
En el procedimiento clínico, los estudiantes construyen poco a poco los recursos teóricos y metodológicos que necesitan para resolver el problema del momento, los estudiantes desarrollan la teoría a partir de la acción, como una espiral, una primera construcción conceptual suministra un marco de interpretación de lo que sucede o ha sucedido, al mismo tiempo que la realidad enrique y diferencia el modelo.
Hoy en día, el sistema educativo tiene necesidad de enseñantes que sepan fabricar situaciones problemas pertinentes más que dar cursos y proponer ejercicios.
El análisis proporciona una forma de poner el dedo en la llaga de toda una serie de fenómenos e difentificar lo que el practicante podría cambiar en las dinámicas de aprendizaje y en los funcionamientos colectivos, al haber comprendido mejor por qué las cosas no van como él quiere que vayan y dejar claro lo que realmente quiere.
El procedimiento clínico insiste también en el trabajo sobre uno mismo.
Momento de desarrollo de las competencias
El enfoque clínico es también un momento intenso de poner en práctica las adquisiciones teóricas y metodológicas. Se trabaja ahí la movilización, la orquestación, la sinergia y la contextualización de saberes ya construidos pero que el estudiante no ha tenido ocasión de utilizar para enfrentarse a situaciones complejas.
El ejercicio de la competencia clínica dista de ser un mero ejercicio de reconocimiento de casos de escuela y de aplicación de la respuesta ortodoxa. Es necesario construir tanto el problema como la solución, es decir, reflexionar, invertir todos los datos en todos los sentidos, ampliarlos, esbozar hipótesis y ponerlas a prueba con el pensamiento, en un mundo virtual, en que todo es reversible. Este proceso ilustra lo que Schön denomina una conversación reflexiva con la situación.
El ejercicio de reflexión posterior a la acción se incorpora a la propia práctica clínica y, lejos de ser una etapa complementaria, es la propia esencia de la movilización de las fuentes, y por lo tanto de la aplicación de la competencia.
La función de los formadores consiste también en estimular la reflexión de los estudiantes a posteiori, tanto como la anticipación ante situaciones parecidas.
El enfoque clínico es también un momento intenso de poner en práctica las adquisiciones teóricas y metodológicas. Se trabaja ahí la movilización, la orquestación, la sinergia y la contextualización de saberes ya construidos pero que el estudiante no ha tenido ocasión de utilizar para enfrentarse a situaciones complejas.
El ejercicio de la competencia clínica dista de ser un mero ejercicio de reconocimiento de casos de escuela y de aplicación de la respuesta ortodoxa. Es necesario construir tanto el problema como la solución, es decir, reflexionar, invertir todos los datos en todos los sentidos, ampliarlos, esbozar hipótesis y ponerlas a prueba con el pensamiento, en un mundo virtual, en que todo es reversible. Este proceso ilustra lo que Schön denomina una conversación reflexiva con la situación.
El ejercicio de reflexión posterior a la acción se incorpora a la propia práctica clínica y, lejos de ser una etapa complementaria, es la propia esencia de la movilización de las fuentes, y por lo tanto de la aplicación de la competencia.
La función de los formadores consiste también en estimular la reflexión de los estudiantes a posteiori, tanto como la anticipación ante situaciones parecidas.
5 tipos de formaciones clínicas
- Enseñanzas planificadas, siguiendo un currículo que desarrolla un texto del saber, pero expuestas de tal forma que la pregunta y la duda se inscriban constantemente en la relación con el saber y que el profesor no pierda ninguna ocasión para establecer modelos de una postura reflexiva.
- Trabajo por situaciones problema que requieran otro dispositivo pero que se distinga del análisis de prácticas por el royecto de inculcar saberes definidos.
- El trabajo en grupos o seminarios de análisis de prácticas, que propicie la postura reflexiva en torno a casos concretos expuestos por los participantes.
- Trabajo en profundidad sobre el habitus profesional y el inconsciente práctico.
- Grupos de desarrollo profesional, de análisis de las dimensiones psicoanalíticas del deseo de enseñar,
¿Que me dejó?
Concuerdo con Perrenoud en que se necesita una formación práctica desde el primer semestre de formación para los enseñantes.
Necesitamos movilizar nuestros conocimientos desde un primer instante en lugar de acumular muchos saberes por 5 años para después realizar unas prácticas.
En ese sentido, nuestra carrera está un tanto incompleta. Creo que la educación es muy importante, y necesitamos meternos de lleno en la práctica desde un inicio.
Creo que una buena propuesta sería, que a partir del segundo semestre se tomara forzosamente una materia de "práctica" o como dijera Perrenoud, una materia que consistiera en la formación clínica. Por ejemplo, en el segundo semestre se podría tomar una asignatura que consistiera en reunir determinadas horas de observación en un aula, y determinadas horas de reflexión en grupo sobre lo observado.
Para el tercer semestre, podria ser una materia donde se hiciera labor social, es decir colaborar en un orfanato, un internado o alguna otra asociación.
Quizás en el quinto semestre, una materia donde se trabajara como auxiliar de algún profesor durante determinadas horas, y otras cuantas a la reflexión de las situaciones enfrentadas.
En fin, son sólo ideas espontáneas que se me han ocurrido. Quizás algún día podré formalizar esta propuesta y pueda llevarse a cabo. Ahora sólo son pensamientos...
Concuerdo con Perrenoud en que se necesita una formación práctica desde el primer semestre de formación para los enseñantes.
Necesitamos movilizar nuestros conocimientos desde un primer instante en lugar de acumular muchos saberes por 5 años para después realizar unas prácticas.
En ese sentido, nuestra carrera está un tanto incompleta. Creo que la educación es muy importante, y necesitamos meternos de lleno en la práctica desde un inicio.
Creo que una buena propuesta sería, que a partir del segundo semestre se tomara forzosamente una materia de "práctica" o como dijera Perrenoud, una materia que consistiera en la formación clínica. Por ejemplo, en el segundo semestre se podría tomar una asignatura que consistiera en reunir determinadas horas de observación en un aula, y determinadas horas de reflexión en grupo sobre lo observado.
Para el tercer semestre, podria ser una materia donde se hiciera labor social, es decir colaborar en un orfanato, un internado o alguna otra asociación.
Quizás en el quinto semestre, una materia donde se trabajara como auxiliar de algún profesor durante determinadas horas, y otras cuantas a la reflexión de las situaciones enfrentadas.
En fin, son sólo ideas espontáneas que se me han ocurrido. Quizás algún día podré formalizar esta propuesta y pueda llevarse a cabo. Ahora sólo son pensamientos...